El regreso a clases: lo bueno lo malo y los feos.

Lo bueno de ser estudiante es que se puede aprovechar y disfrutar el tiempo para estudiar, salir con los amigos y compartir conocimiento, momento en el que puedes equivocarte cuantas veces quieras, como una buena maestra universitaria me dijo un día cuando atravesaba una situación difícil: “empodérate y sé tú mismo, tienes todo el tiempo y la fuerza para hacerlo”, palabras que me dejaron un claro mensaje de poder hacer lo que uno se propone.

Lo malo es que, te desvelas mucho y al final del semestre siempre andas corriendo por presentar todas las materias y sufres  esa crisis nerviosa, la cual sabes que regresará el próximo ciclo escolar,  sin embargo, los feo es que, dentro del recorrido te puedes encontrar algunas piedritas molestas en el camino, aquellos que algún día llamaste “amigos”.

Y es que bueno, en el camino escolar, uno encuentra de todo, y conforme vamos conociendo a las personas nos damos cuenta que con unos compartimos mas gustos que con otros, y ahí es donde radica la diferencia de todo ser humano. Es donde se pueden tomar los talentos de cada quien y ayudarnos a crecer como personas.

Mientras uno avanza en este largo camino estudiantil, nunca faltan las personas que desean verte abajo, o al que simplemente no le gusta verte bien, como lo dice una frase: “el que te critica, es porque un día quiso hacer lo que tú haces, pero nunca se atrevió”, y así pasa amigos, a veces hay cada gusano en la escuela que quiere aprovecharse de uno y llega con la máscara de buena persona para después querer pisotearte y querer obstruir tu camino, pero, ¿por qué nos vamos a dejar?, ¿quién diablos les dio el derecho de sentirse superiores?, ¡nadie! y a ese tipo de personas lo único que debes hacerles es dar cachetada con guante blanco, ¿cómo? Muy fácil, ¡ignóralos!

Bien dicen por ahí: “nunca discutas con un idiota, porque te arrastrará a su nivel y te ganará con su experiencia” así es bebés, no discutas con un simple insecto que quiere llamar la atención de la peor forma que puede, sé tú mismo y no dejes que sus comentarios te arruinen el día, en el momento que entres al salón y ellos pongan mala cara o hagan mueca al verte, ¡sonríe! Que para bien o para mal a esos pequeños seres humanos les haces falta, y su día no puede estar completo si no te ven.

Hazles ver que no te interesa lo que piensan, que tu eres feliz y te agrada que te critiquen, porque los comentarios se toman de quien vienen y si te ayudan a crecer como persona, mucho mejor para ti, y si no, solo desaparece eso  de tu mente, quédate con lo bueno y desecha lo malo que de nada te sirve cargarlo.
Puede que haya momentos en los que veas menos luces y más  sombras, que a veces sólo estás preguntándote por qué, pero no pienses en cosas tan insignificantes y pon la cabeza en marcha:

¡Sí! Pon la cabeza en marcha para rescatar los buenos momentos que te han acontecido en los últimos días, siempre hay algo bueno que nos deja huella, y es lo que nos debe acompañar en la vida.

Uno de esos momentos maravillosos puedes buscarlo en tu familia o en los verdaderos amigos que te apoyan y te demuestran de la mejor manera su afecto, y no menos importantes son los profesores de tu escuela quienes también están para ayudarte, recuerda siempre aquellos detalles como un gesto, una mirada o una sonrisa sincera, pon todo tu empeño en devolver el cariño y el amor que te brindan los demás, para que así puedas estar en sus recuerdos y a su vez ayudes a otros que tal vez pasen por lo mismo y poco a poco verás como las sombras, sí, esas sombras que quieren cubrirte con malos ratos se empiezan a difuminar.


Comentarios